Vicente Nevárez Rojas
Entre dos Monumentos…

Al poder le es
imputable la responsabilidad política que se valora por el uso que un órgano o
individuo hace de él en un sistema democrático. En este ámbito se consideran
las implicaciones de impactos positivos o negativos de la gestión para casos
concretos o de manera general.
Pero hay también
la responsabilidad jurídica que da los límites a los que debe ceñirse el poder.
No olvidemos que las normas jurídicas establecen deberes de conducta que
prohíbe o permite lo que puede o no hacerse. Contradecirlas, sólo ocasiona
reacción del derecho y de la sociedad contra quien las violenta.
No disimulo el
esfuerzo que hago por discernir el dicroísmo –por decirlo de alguna manera- que
percibo por obra y gracia de una autoridad municipal que sale al atajo
asentando columnas en espacio prohibido, cuya forma nada dice, pero que
abiertamente insinúa poder. Tal irreverencia al derecho e instituciones del
Estado, sólo es el estilo del monumentalismo moderno, comparable con aquellos
que la historia recoge, erigidos por cada conquista, para humillación de los
sometidos
La diferencia
que existe entre el monumento con el rostro de León Febres Cordero y las
columnas asentadas, es la misma que hay entre lo indebido y lo prohibido, su
punibilidad, es el desafío que se quiere enfrentar, y la visión que se tenga de
este objeto simbólico dependerá, desafortunadamente, del aprecio o desprecio
que inspire.
Tal desgaste de
la autoridad en un tema que será por mucho tiempo controvertido, sólo consigue
distraer a la ciudadanía de las reales preocupaciones del diario vivir, porque
no se discute aquí la bondad o no de la obra pública, sino las agallas que se
pueda tener para imponer su voluntad de lo que a su juicio es importante.
¿Es que acaso se
acabaron las tareas propias de la gestión municipal?, o éstas, debidamente
delineadas -como creo están- ¿poco aportan a una campaña política que se
vecina? Es un ejercicio mental que cabría hacerse. ¿La controversia y el
desacuerdo son acaso las únicas posibilidades de mercado para los contendientes?
¿En dónde queda la oferta sentida y necesaria que todos esperamos?
Determinadas situaciones
producto del disenso, se convierten en actitudes negativas y autodestructivas,
no obstante que, en apariencia, estén llenas de la mejor de las intenciones,
sólo que no podemos permanecer sujetos a una irracionalidad, pudiendo salir de
ella.
Una historia
temprana tiene huellas a flor de los recuerdos e impregnados de grandeza o de
abyección de unos y de otros; todo lucirá de acuerdo al color del cristal con
que se mire.
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