viernes, 25 de mayo de 2012

Especial para diario EL TELEGRAFO



 


















Vicente Nevárez Rojas

Los estereotipos y la revolución

La ignorancia es para algunos tratadistas, un esquema estructural, inteligentemente montado, en provecho de aquellos que fuera de su círculo social no son nada, ni nadie.
Sin duda alguna, vivimos todavía bajo influencias de estereotipos arraigados que se constituyen en paradigmas o patrones opuestos al descubrimiento de cualidades y valores propios del ser humano en concordancia con los tiempos actuales.
Lo referido está linealmente enlazado con una entrevista -llevada a efecto en un medio- de que hay un desgaste innecesario en el escogimiento de judiciales y funcionarios diplomáticos, cuando existiendo “conspicuas personalidades de reconocido éxito en su vida social y privada”, bien pudieran hacerse cargo de estos aspectos.
Tal discernimiento que escuche -en la mencionada entrevista- añadía además que, era imprescindible distinguir a quien tomara el cargo, con una remuneración que casi triplicaba a la del Presidente.
Se apostillaba, además, con dos precisiones: la primera, como la necesaria reposición al ingreso rutinario habido en las actividades privadas de estas “personalidades”; y la segunda, quedar por encima de cualquier posibilidad de soborno en el cumplimiento de sus funciones.
Ante tamaña intención –con tal carencia de patriotismo- me queda la preocupación de que comencemos a reconocer sueldos para disuadir a quienes se inclinan por vivir en deshonra.
Es increíble como conductas caducas se siguen trasmitiendo en favor de relaciones de poder de unos contra otros. Obsérvese que, buen número de calles –sobre todo de ciudadelas- se las nomina con el apellido de estas “personalidades” cuyos méritos, de buena parte de ellos, desconocemos.
El principio revolucionario imprimido por este gobierno –que bien lo saben los poderes fácticos- apunta a un desarrollo como resultado de una sociedad capaz para organizarse desde las expectativas de las energías humanas y los recursos productivos que afronten las oportunidades tal como la vida se presenta.
Romper esquemas supone riesgos, pero por sobre todo, preparación. Entender que nos habíamos acostumbrados a ser depredadores ajenos a la creatividad; ser usuarios de la naturaleza antes de aprender a convivir con ella.
El desarrollo es un proceso de cambio social que de a poco se lo va logrando más allá de que sea un conjunto de políticas y programas establecidos para casos concretos.
Se hace hincapié en una educación de calidad fundamentalmente moral de perfeccionamiento de la conducta como ser de sentimiento solidario con la sociedad a la que se debe, que guarde estrecha relación con el crecimiento del país.
Las mejoras sociales -de este gobierno- se sostienen en una concepción creativa y novedosa ajustada a formalidades técnicamente modernas y perdurables en el tiempo como concepto funcional constante.
El desarrollo, entiéndase bien, no es el progreso físico de una ciudad, y menos aún, el crecimiento empresarial en manos de pocos. Sólo se entiende cuando hay avance político, social, tecnológico y económico en beneficio de una mejor calidad de vida de los individuos sociales, la familia y la sociedad en su conjunto.
“Quienes siguen los caminos que otros han trazado, sólo llegarán a donde otros ya han llegado” (Einstein). 
Artículos sobre turismo del mismo autor haciendo clic en: turismo y recreación

Publicado por el semanario “El Nuevo Globo” de Bahía de Caráquez





















Vicente Nevárez Rojas
Gobernació sin mitos
En la actualidad la gestión pública se instrumenta a partir del aprovechamiento de recursos y de programas aplicables con especificidad, con miras a satisfacer necesidades reales de los ciudadanos, allí, donde ellos se encuentren. La dimensión del servicio público es la mejor expresión de gobernabilidad en el marco del deber de vigilar y garantizar una saludable convivencia entre sus gobernados.
Es en este contexto que se entendió las firmes declaraciones, dadas al diario EL TELEGRAFO, de nuestra flamante y joven Gobernadora, Viviana Bonilla Salcedo que, dicho en buen romance –constitucionalmente establecido- su autoridad es provincial y en armonía con todas las instituciones públicas con las que tenga que coordinar -según sea el caso- entre las cuales están los municipios.
Parafraseando sus palabras: sin mitos no hay súper ciudades, sólo seres humanos que atender; las jerarquías dejan de ser un fin en sí mismo en la medida que sean parte comprometida con la comunidad guayasense, tanto más, cuanto que, se requiere armonizar un proceso donde operen el poder público, el sector productivo y la ciudadanía. Sin duda, una postura  categórica y refrescante que hacía falta.
Se puede entender que para ella el medio geográfico –urbano o rural- no guarda correspondencia con privilegio alguno, pero si con desarrollar un concepto sustantivo de gestión pública que se caracterice por establecer técnicas y esfuerzos en función de las diferentes áreas y sectores a atender.
Es común que la existencia de una pluralidad de funciones públicas cree confusión de legitimidad de lo que a cada una le corresponda sólo que, debidamente definidas sus competencias, bien podrían relacionarse en provecho de objetivos, sino comunes, al menos, complementarios.
Lo saludable es, en todo caso, que contemos en la provincia con una administración política dinámica, innovadora y creativa, más allá, de las expectativas que el Presidente espera, tal como la propia Gobernadora lo ha manifestado.
Confiamos que se termine con la “buropatología” y sea la actitud proactiva de sus colaboradores la compañía permanente de su gestión, deseando además, que cuente con un compromiso social en respuesta a nuestras realidades; que hagamos por nuestra parte lo que corresponda como contribución al buen vivir que anhelamos, siendo dignos y respetuosos, pero por sobre todo, creando lazos de apoyo a lo más débiles.
Ser eficiente no basta si lo que se logra no tiene el grado de eficacia que se espera. No hay nada más inútil que hacer muy bien algo que no sirve o no tiene valor.
Artículos sobre turismo del mismo autor haciendo clic en: turismo y recreación